La impresión 3D está presente cada vez en más sectores, en industrias como la automoción, la aeroespacial o la médica es habitual encontrar proyectos que incorporan la fabricación aditiva. De hecho, se espera que la impresión 3D siga aumentando su cuota de mercado en un 25% anual hasta 2023. Aun así, cabe destacar que seguramente la mayoría de usuarios asocia la impresión 3D a la producción de piezas pequeñas, pero y, ¿la impresión a gran escala es posible?
El cambio de la impresión 3D y su aplicación a gran escala
La industria de la impresión 3D ha ido cambiando desde su creación, en especial en la última década. En gran medida, en sus inicios, la impresión 3D se ha asociado a la elaboración rápida de prototipos y posteriormente ha ido evolucionando a la producción en serie. Un aspecto donde coinciden ambas tendencias es en la percepción de que se trata de una impresión a pequeña escala.
Actualmente, el tamaño de la pieza ya no es un factor limitante para la impresión, existen máquinas que son capaces de lograr volúmenes de impresión de un metro cúbico. Estas medidas pueden alcanzarse sin que ello suponga un detrimento en calidad, precisión y rapidez para el proceso. Dichos tamaños de impresión son especialmente adecuados para industrias como la aeronáutica o la automoción.
¿Qué ventajas ofrece la impresión 3D a gran escala?
Los procesos de impresión 3D a gran escala ponen sobre la mesa una serie de ventajas para el sector industrial, y especialmente para las divisiones de aeronáutica o la automoción. Un ejemplo de aplicación, es la reconstrucción de piezas históricas que, de hacerse mediante los métodos tradicionales mediante el moldeo, hubiera requerido un mayor coste tanto económico como en tiempo. Por otro lado, una apuesta interesante es aplicarla en la creación de prototipos funcionales, incluso en escala 1:1, que ayuda a ver como es el aspecto real de un nuevo producto hasta antes de que se lance la producción en serie.
Asimismo, apostar por la impresión 3D a gran escala comporta beneficios de producción a la industria automotriz, aeroespacial, la construcción o la agricultura, ya que, elimina problemas de escalado de tamaño para confeccionar los moldes de las piezas y el coste de creación de moldes grandes. Queda que estas industrias apuesten por este tipo de impresión de gran medida, puesto que, por desconocimiento de las posibilidades que ofrece la impresión 3D, no se atreven a aplicarla.
Alcanzar medidas de impresión 3D de hasta un metro cúbico hace que no sea necesario ensamblar diferentes elementos para confeccionar una pieza de gran tamaño. De hecho, posibilitan incluso la producción en masa de componentes individuales y la personalización de los productos, ofreciendo al cliente diferentes opciones para escoger.
Ni que decir cabe que la impresión 3D a gran escala también permite la producción de piezas complejas. El gran tamaño cuenta también con diferentes tecnologías a aplicar, como por ejemplo la fusión láser o la estereolitografía, su elección irá en función de las características de cada proyecto.
En último término, cabe destacar, la ventaja de stock que ofrece apostar por la impresión 3D. Como pasa en la producción de piezas de pequeña escala, la organización de producción de pequeñas series se simplifica. La empresa no debe crear un mínimo necesario de piezas ni aprovisionar material antes, se producen las piezas en función de las necesidades de fabricación.
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